
Ahí comemos, conversamos, trabajamos, vemos películas o simplemente compartimos con quienes amamos. Pero… suele ser un espacio desordenado, donde es de todos y de nadie al mismo tiempo.
Las problemáticas más comunes
- Muebles grandes que restan fluidez o bloquean el paso.
- Zonas mal iluminadas o con luz artificial demasiado fuerte.
- Ambientes saturados de objetos y estímulos visuales.
- Falta de coherencia entre las funciones del espacio (comer, descansar, trabajar).
- Estilos copiados de Pinterest que no reflejan la vida real de quienes viven ahí.
Soy Tamy, tu Arquitecta Emocional, y creo que cada casa es un mundo porque cada persona lo es.
Por eso, el diseño de un espacio no puede seguir tendencias sin sentido: tiene que responder a tu ritmo, tus costumbres y tu bienestar.
El punto de partida: conocerte
Antes de pensar en muebles o colores, hacete estas preguntas:
- ¿Cuánto tiempo paso en este espacio?
- ¿Quiénes lo usan?
- ¿Qué actividades se hacen acá?
Este pequeño ejercicio de autoconocimiento es el primer paso para crear un living comedor que te haga la vida más fácil.
♻️ Menos cosas, más claridad
Antes de renovar, hacé un detox del espacio.
Cada cosa tiene que tener su lugar. A la vista, solo lo que usás a diario; el resto, donalo, reciclalo o guardalo.
“El verdadero lujo es diseñar espacios y hábitos que nos brinden paz y bienestar.”
Aprende el paso a paso para lograrlo con mis tutoriales de Youtuve: